Cronograma de talleres: JULIO
. Sábado 12 y domingo 13. Concordia
. Lunes 14. La Bianca
. Sábado 19 y domingo 20. Paraná
Las ganas de recorrer la provincia
litoraleña vienen de hace rato, y este 2008 nos encuentra en el contexto de una
nueva gira trashumante, en Concordia, provincia de Entre Ríos.
Crónica del Taller en Concordia. 12
y 13 de Julio de 2008
Por allá en el 2005, Sebastián “Pita” y
Melina, de Concordia, se habían acercado al taller en San Cristóbal, provincia
de Santa Fe, en el marco de la gira trashumante de ese año. De ese primer
encuentro quedó un lazo que fuimos alimentando con correos y paciencias. En el
2007, muchos compañeros de Entre Ríos de diferentes ciudades, pertenecientes a
AGMER, gremio docente de Entre Ríos, participaron del X Encuentro Nacional
Trashumante en Frías, Santiago del Estero.
Concordia es una ciudad de alrededor de
150000 habitantes que vio desvanecer sus sueños como tantas otras ciudades del
país. Primero dejó de pasar el tren y con él se perdieron muchos puestos de
trabajo, después, en los años ochenta y noventa, las industrias más pujantes
fueron cerrando mientras se expandían los cordones de pobreza y las zonas
“marginalizadas”, como dicen los compañeros.
En este taller, nos encontrábamos otra vez,
tratando de desenredar con el gesto y la palabra esta realidad que nos duele,
nos detiene a veces y nos esperanza también.
Crónica del taller
en La Bianca. 14 de Julio de 2008
Como lo habíamos acordado en la pre-gira,
el lunes 14 de julio nos encontraríamos en La Gaceta, la biblioteca popular del
barrio La Bianca, que se encuentra en la periferia de la ciudad de Concordia.
Este barrio fue construido por el gobierno
de la última dictadura militar con motivo de la construcción de la represa de
Salto Grande. Se edificaron decenas de manzanas de Monobloque para que puedan
vivir los trabajadores de dicha obra. Hoy en día, debido a la pésima calidad de
las construcciones, muchas familias viven sólo un tiempo allí, soñando con irse
a otro lugar mejor. La biblioteca está situada en uno de los locales de un
viejo proyecto de terminal, que también fue aula de una escuela secundaria
cercana. Este lugar es parte del plan de construcción desarrollado por la
dictadura. En el barrio viven alrededor de veinte mil personas, que en su gran
mayoría trabajan, estudian y realizan sus actividades en el centro de
Concordia. Llegamos a las 14.30 y nos esperaban lo chicos de la Biblioteca y
unos vecinos. Nos presentamos con los que no nos conocíamos y nos sumamos a la
ronda de mate. Mientras charlamos y conocemos la biblioteca por dentro,
decidimos empezar el taller. Nos pusimos en ronda y empezamos por las
presentaciones personales con las consignas:¿quién soy y qué proyectos tengo? Muchos
hablan de proyectos más bien individuales: seguir con la danza, seguir con la
música, con el teatro, estudiar para ser docente. Otros proyectos que aparecen:
generar espacios, denunciar, motivar, participar, transmitir esperanza, estar
en contacto con la realidad. Nos dividimos en dos grupos para trabajar la siguiente
pregunta: ¿cómo vemos la realidad y qué no nos gusta de esa realidad? El
trabajo en grupo se extiende por una hora. Al principio salen pocas palabras,
no se habla de los problemas del barrio, luego vamos entrando en confianza y
las preguntas del coordinador nos hacen ir caracterizando la realidad. En el
momento de las representaciones artísticas para devolver lo trabajado, nos
soltamos un poco más y se nos ocurren nuevas cosas. Incluso los que no
participan de la ronda de discusión, se suman y actúan en el armado de la
representación artística.
Lo artístico hace que podamos poner el
cuerpo y lo que sentimos, porque podemos decir más cosas, profundizar más lo
que veníamos hablando. Una vez más, vemos el hallazgo que significa trabajar
desde lo artístico nuestra propuesta político pedagógica.
En uno de los grupos, lo primero que se
dice es que se vive mucho en la incertidumbre y la confusión. Queremos ver en
qué consiste esa incertidumbre y tratamos de enumerar cosas que nos despejen un
poco la situación: la existencia de clases sociales diferentes, la pobreza, la
falta de escuelas. En el otro grupo se habla mucho sobre la manera en que viven
en el barrio, cuyas casas están hechas con pésimos materiales y en monobloque.
En las representaciones se ve: habla uno y se escucha todo en las casas
aledañas, y además los habitantes fluctúan mucho, ya que cuando tienen la
posibilidad de vivir en un lugar mejor, se van. Nadie proyecta nada en este
barrio, se vive como en un gran hotel. Una de las alegrías del barrio es la
comparsa que se hace cada febrero. Sin embargo, también vemos en las
representaciones cómo los políticos del gobierno toman esta expresión popular
para su provecho convirtiéndolo en un espectáculo para turistas, con entradas
muy caras que dejan afuera a los propios familiares de quienes participan del
espectáculo.Pudimos poner humor a los problemas que vivimos a diario, dice
Joel, uno de los participantes del taller y oriundo del barrio. Luego, muchos
de sus compañeros de la biblioteca lo reconocen como uno de los motivos por el
cual siguen estando ahí.
En plenario nos hicimos la pregunta: ¿es
posible cambiar estos problemas? ¿cómo lo hacemos? Algunos dicen que sí se
podían cambiar estos problemas, pero la necesidad parece ser seguir hablando de
los problemas, porque se sigue hablando de la práctica de la biblioteca y el
accionar en el barrio desde las dificultades. Hablamos de quienes se fueron, de
la importancia de hablar y escucharse, la imposibilidad de llegar más al
barrio, que la gente tome la biblioteca como algo propio. Alguien dice a
nosotros nos quieren tristes, nos quedamos reflexionando sobre la importancia
de luchar contra eso, de salir adelante y hacerlo desde nuestra humilde
práctica, de que no importa la cantidad que seamos, pero sí que estemos
conectados, comunicados. Hacia dentro de cada grupo y con otros que no estén
participando, pero vienen y están siempre.
En el abrazo caracol del final, invitamos a
unos chicos que están jugando en la plaza enfrente. Vienen corriendo, se suman
y terminamos con sonrisas y aplausos. El taller termina pero nos quedamos con
la promesa del taller de candombe. Mientras se va haciendo la noche, a la luz
de una fogata con la que se calientan los cueros para la tocada, organizamos el
guiso que cocina el cumpa Tucán y que comemos todos.
Crónica del taller en Pananá. 19 y 20 de Julio
A Paraná se llega caminando.
El punto de encuentro es la ciudad de Santa
Fé, para en el mini Quirquincho hersiliense cruzar el puente bajo un río
enorme, marrón y viajero, que une esa ciudad con la entrerriana con Paraná.
Vueltas y vueltas, hasta que encontramos el camino que nos llevó directo a la
casa de Faca y Maruje, donde nos esperan algunos caminantes con la cena: Javi,
Jaqui, Vilma, la Colo. Sonrisas, pizzas, el infaltable fernet, las preguntas,
la charla, las discusiones, fueron creando el clima para el encuentro del día
siguiente. El sábado, temprano, nos juntamos en la Biblioteca Popular “Los
Caminantes”. La misma tiene 5 años y se encuentra ubicada en un barrio
periférico de la ciudad. Está siendo remodelada, y lo interesante es que a
partir de las preocupaciones de los integrantes y ocupaciones de Maruje y
Vilma, que trabajan en la escuela de sordomudos, los espacios están siendo
pensados desde el respeto por las diferencias, tratando de incluir a todos y
todas las personas, sean cuales sean sus limitaciones físicas e intelectuales.
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